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DEPRESIÓN, ESTRÉS Y ANSIEDAD ¿Qué tienen en común?

En pocas palabras, podríamos definir “depresión”, “estrés” y “ansiedad” como exceso de pasado, exceso de presente y exceso de futuro, respectivamente. Aprender a vivir con equilibrio es fundamental, pero para ello tiene que haber un cambio interior que capacite a la persona a ser más fuerte para enfrentar los problemas del día a día, que siempre existirán.

DEPRESIÓN:

Todo quedó en el pasado, pero tu mente también se quedó allí. Son frustraciones, miedos o inquietudes en relación a una fase de la vida que ya pasó, pero que causaron en ti un tremendo daño emocional y mental. Allí se creó una prisión en la que pasaste a “cumplir pena” y de la cual no has conseguido liberarte.

EL EFECTO DE LOS TRAUMAS

Quien vivió un evento estresante en el pasado, generalmente siente sus efectos en todos los sentidos, llevándole a tener picos de estrés, lagunas de memoria, comportamientos inadecuados o baja autoestima. Es normal revisitar el pasado puntualmente, pero no vivir en él.

¿TÚ O ALGUIEN QUE CONOCES SUFRE DEPRESIÓN?

La depresión es tratable y la ayuda adecuada puede hacer la diferencia en el bienestar emocional de quien la padece. Si tienes depresión recuerda que pedir ayuda es un paso importante de cara a la recuperación.

ESTRÉS:

Es algo del día a día. La presión exterior te hace “entrar en erupción” como un volcán. Este sentimiento es tan destructivo que te hace tener reacciones fuera de contexto en situaciones aparentemente simples de resolver. Pero, ¿qué hacer cuando las técnicas habituales, como respirar profundamente o contar hasta 10 ya no funcionan?

SEÑALES DE ESTRÉS:

· Tensión muscular

· Dolores de cabeza

· Problemas gastrointestinales

· Aumento de la frecuencia cardiaca

· Fatiga

· Trastornos del sueño

· Alteraciones del apetito

· Irritabilidad

· Falta de autocontrol

ANSIEDAD:

Si la ansiedad es exceso de futuro, entonces es producto del miedo a un peligro que no existe. Este miedo se alimenta con pensamientos de duda y genera síntomas físicos como sudores fríos, palpitaciones o sensación de peligro inminente.

¿CÓMO VENCER LA ANSIEDAD?

Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? (Mateo 6:25)

Vivimos en un mundo en que los ansiolíticos se han vuelto un elemento indispensable en la vida de muchos. Hay demasiado estrés y ajetreo. Las personas van de un lado para otro sin paz ni equilibrio emocional o psicológico. 

El Señor Jesús habló sobre esta ansiedad para que las personas comprendiesen que Él quiere cuidarnos en todos los niveles. Y si el “Médico del Alma” nos dice que no necesitamos estar ansiosos, la solución es entregarse a Él.

Depresión

“Estaba muy herida interiormente”

“En mi adolescencia sufrí acoso y un intento de violación que me hirió profundamente, y años más tarde sufrí una decepción que me hizo encerrarme en mí misma, pero lo que me derrumbó por completo fue la muerte de mi padre. En el Centro de Ayuda Cristiano recibí una atención muy sólida y me orientaron a trabajar en mi interior. Con cada reunión me iba sanando interiormente. Han pasado varios años y, hoy por hoy, soy una mujer renovada, llena de fuerza y con paz interior. Ya no tengo esa tristeza ni ese vacío que hacía que no tuviera ganas de nada. Duermo muy bien, superé el pasado y vencí el miedo a los hombres. De hecho, estoy felizmente casada.”

                                                                                        Aidée Escobar

Estrés

“Siempre estaba estresada e irritada”

“Mi estado de ánimo era muy inestable. Lo mismo lloraba que reía. Estaba muy vacía, no me gustaba a mí misma y me hacía la víctima continuamente, lo que empeoró con el estrés del día a día. Siempre estaba en ese estado de nerviosismo, irritabilidad y ansiedad. Le echaba la culpa a todo el mundo, a mi marido, a mis compañeras de trabajo, daba igual la persona, ¡la cuestión era desahogarme! Por eso me peleaba por cualquier cosa. Así era yo, pero desde que recibí el Espíritu Santo, ¡he cambiado por completo y estoy tan agradecida a Dios! Hay momentos de estrés, ¡pero ni punto de comparación! Duermo muy bien, tengo paz y sobre todo tengo amor por las personas, lo que hace que actúe diferente.”

Carmen Soto

Ansiedad

“La incertidumbre era insoportable”

Debido a la presión de los estudios y los problemas económicos, empecé a sufrir depresión y ataques de ansiedad. Buscaba activamente empleo, pero la respuesta siempre era la misma: ‘ya te llamaremos’. Al final nunca me llamaban y yo me hundía cada vez más. Llegué a pensar en el suicidio porque pensaba que era una carga para mi madre. Cogí un cuchillo para cortarme las venas, pero en aquel momento algo me detuvo. Fue mi madre la que me invitó al Centro de Ayuda Cristiano. Por medio de mi asistencia a las reuniones de viernes y domingo, empecé a liberarme. El peso y la ansiedad desaparecieron en pocas semanas. Tiempo después conseguí un buen empleo, ser un buen profesional y construir mi propia familia, pero lo más valioso que tengo es la presencia de Dios. 

                                                                                                                                    Juan Pablo Mendieta

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