Los problemas sentimentales afectaron mucho a Marlene interiormente y terminaron por afectar en la misma medida a su hija Nerea. En el Centro de Ayuda Cristiano esta madre logró resolver sus conflictos más íntimos y su hija siguió sus mismos pasos. Ahora, junto con Patricio, los tres forman una familia feliz.
“Antes era una mujer llena de traumas y complejos, y a raíz de mi divorcio, equivocadamente le echaba la culpa a mi hija. Le decía cosas que la niña nunca debió haber escuchado y como resultado de eso ella se volvió muy rebelde. Dejó de haber confianza y comunicación entre nosotras.
Cuando llegué al Centro de Ayuda Cristiano, Dios empezó a trabajar en mi carácter. Me convertí en una mujer y madre diferente. Empecé a acercarme y a tratarla de otra manera, y aunque a ella le costó un poco volver a confiar en mí, poco a poco nuestra relación empezó a cambiar.
Lo que a ella le fue de mucha ayuda fue el grupo de adolescentes de la iglesia, la Fuerza Teen España (FTE). Allí la ayudaron a acercarse a Dios, y eso se fue notando en su carácter. Empezó a ser obediente y a acercarse más a mí. Ahora las dos tenemos el mayor gozo que es tener el Espíritu Santo y yo me volví a casar con un hombre de Dios, al cual mi hija quiere como a un padre. Para nosotros, la reunión de domingo es primordial, donde encontramos la solución a cualquier conflicto familiar, por eso invito a todas las madres y padres que se unan a esta poderosa oración todos los domingos a las 10 de la mañana, y que si tienen hijos pre o adolescentes, los lleven al FTE.”
Marlene Quisilema
 
								 
								 
															

