La evangelización es una de las misiones más importantes dentro de la vida cristiana, y en el Centro de Ayuda Cristiano se vive con pasión, dedicación y responsabilidad. El grupo de evangelización es uno de los pilares del trabajo espiritual de la iglesia; un equipo que trabaja cada día para llevar un mensaje de esperanza, fe y transformación a quienes más lo necesitan. Su misión es mostrar que Dios está vivo y sigue actuando en la vida de quienes lo buscan con sinceridad.

¿Qué es evangelizar?

Evangelizar es difundir las buenas noticias del Evangelio: el mensaje de que Jesús es el único camino hacia Dios y la salvación del alma, y que en Él no hay imposibles, porque Jesucristo es el mismo de ayer, hoy y siempre.
Las mismas obras que realizó en el pasado —y que están registradas en la Biblia— continúa realizándolas hoy en la vida de quienes manifiestan la fe en Su nombre y practican Su Palabra.

Una orden del Señor Jesús

El propio Señor Jesús dio el mandato de llevar Su mensaje a todas las personas:

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. Y estas señales acompañarán a los que han creído: en mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; tomarán serpientes en las manos, y aunque beban algo mortífero, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán las manos, y se pondrán bien.” (Marcos 16:15-18)

Para la iglesia, esta orden sigue vigente hoy más que nunca.

¿Quiénes forman el grupo de evangelización del Centro de Ayuda Cristiano?

El grupo está formado por voluntarios de diferentes edades, profesiones y orígenes, unidos por una misma pasión: el amor por las almas.

Cuando Dios salva a una persona, llena su corazón de gratitud. Ese agradecimiento despierta un deseo natural de compartir lo recibido: perdón, misericordia, paz, fuerza y una nueva alegría de vivir. Por eso, los evangelistas no pueden guardar el mensaje para sí mismos: desean que todos conozcan a Jesucristo, el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).

Una labor diaria e incansable para rescatar a quienes sufren

En el Centro de Ayuda Cristiano, la evangelización se realiza todos los días, según la disponibilidad de los voluntarios. Saben que hay muchas personas sufriendo que necesitan escuchar que existe una solución, y que mañana puede ser demasiado tarde.

El sábado suele ser el gran día de evangelización. Antes de salir, el grupo comparte un pequeño desayuno y realiza una oración, pidiendo que Dios bendiga y fructifique la labor de ese día.

Los evangelistas recorren las calles de las principales ciudades españolas —Madrid, Barcelona, Valencia—, así como pueblos y localidades más pequeñas. Allí donde hay un Centro de Ayuda Cristiano, hay un grupo de evangelización activo.

Más allá de las calles: hospitales, cárceles, residencias y domicilios

La misión también llega a lugares donde el sufrimiento y la soledad están presentes: hospitales, centros penitenciarios y residencias de mayores. En estos espacios se entregan folletos, Biblias y revistas, y se ofrece una palabra de fe a quien desee escuchar.

Además, muchas familias solicitan visitas para un ser querido enfermo o que cumple condena. Para los evangelistas, cada visita es una oportunidad para ganar un alma más para el Reino de Dios.

Superación: la revista del Centro de Ayuda Cristiano

La revista Superación es una de las principales herramientas de evangelización. Contiene testimonios reales de personas que encontraron una nueva vida al usar su fe:

• Personas que vivían vacías y descubrieron un propósito.

• Matrimonios al borde de la separación que fueron restaurados.

• Enfermos que recuperaron fuerzas al creer en las promesas de la Palabra de Dios.

• Jóvenes que dejaron atrás la delincuencia y las adicciones.

Cada testimonio muestra que Jesús sigue transformando vidas hoy.

Érika: de evangelizada a evangelista

Cada evangelista tiene una historia que puede despertar la fe de otros. Érika conoció el Centro de Ayuda Cristiano a través de Vida FM, la radio de la iglesia. Tras semanas escuchando los testimonios, decidió acudir en busca de ayuda, creyendo que también ella podría superar los ocho años de ansiedad generalizada que llevaba sufriendo.

Hoy está completamente libre y ha decidido unirse al grupo de evangelistas para dar lo que ella misma recibió:

“Suelo evangelizar con el grupo los miércoles y los sábados, y también hablo con mis clientas en el trabajo. Muchas me cuentan sus problemas y aprovecho para hablarles de Dios y de lo que Jesús hizo en mi vida. Quiero que mi historia sirva para que otras personas sepan que sí hay una solución, sea cual sea su problema. Y debo decir que, cuando hacemos aquello para lo que Dios nos llamó, la alegría del corazón no se compara con nada que este mundo ofrezca.”