¿Estás abierta a lo nuevo?

Muchas mujeres permanecen atrapadas en el pasado, ya sea por el placer de lo que ya vivieron, ya sea por los dolores que cargan. Aunque distintos, esos sentimientos tienen el mismo efecto: paralizarlas.

Pasar la página es esencial para la construcción de nuestra historia. Hay momentos en los que es necesario abrirnos a cosas nuevas, pero, lamentablemente, muchas mujeres se resisten a la idea de un recomienzo y tratan a toda costa de mantener la vida como está, olvidándose de que lo nuevo es una oportunidad para progresar.

Piensa, por ejemplo, en las personas que guardan rencores. Tal vez sea tu caso: después de una decepción amorosa, enseguida presumiste que nunca más serías feliz porque fuiste traicionada o abandonada y, con miedo de sufrir de nuevo, preferiste cerrar el corazón y “archivar” el aspecto amoroso, en lugar de abrirte a la curación y la esperanza de ser feliz en el amor. Puede ser también que vivas aferrada a recuerdos de una etapa buena que ya pasó, como cuando tenías éxito profesional o un matrimonio lleno de romanticismo, y hoy, al comparar lo que viviste con la realidad actual, sientes que nada volverá a ser tan bueno.

En ambos casos, el apego al pasado te impide mirar a tu alrededor con la mirada de Dios, que, al conducirte a cambios, desea ser glorificado en tu vida. Al fin y al cabo, es en las circunstancias desafiantes donde Él puede hablar, enseñar, obrar un milagro y ser reconocido.

Supera el miedo

Y si el miedo te vence solo con pensar en un cambio, debes saber que Dios tiene el poder de acceder a esa capa profunda de tu alma y liberarte de la inseguridad. Basta ya de ser rehén de la rutina y de lo que ya fue o podría haber sido: proponte vivir lo que Él tiene para ti. Dios actúa de un modo tan grandioso que, con Él, al mirar al presente y al futuro, no tenemos culpa, inseguridad ni hacemos comparaciones. Con Él suceden cosas mayores y mejores, pero necesitas creerlo.

Por lo tanto, esta es la hora de dejar de dar protagonismo a los sentimientos y practicar lo que vienes posponiendo. Pon tu dependencia en el Señor Jesús y toma actitudes para abrir espacio a los cambios en tu vida. Él mismo nos dejó un aliento:

«No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré…» (Isaías 41:10).

Comparte:

Facebook
Twitter
WhatsApp
Telegram

Deja tu comentario