Absolutamente nada. Lo que hemos recibido gratuitamente, lo damos gratuitamente:
“Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” Mateo 10:8
Sin embargo, es cierto que en cada reunión se invita a los asistentes que así lo deseen, a realizar un donativo voluntario que llamamos ofrendas, pero en ningún momento debes sentirte obligado a dar nada. De hecho, a nuestro centro acuden multitud de personas que no dan ofrenda y eso no condiciona nuestro compromiso de ayudarlas y asistirlas. Quien da ofrenda es, y siempre debe ser, de forma libre y espontánea, con alegría.
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” 2 Corintios 9:7
Deja tu comentario