Cuando Carmen llegó al Centro de Ayuda Cristiano, llevaba un lastre a sus espaldas en forma de traumas y odio. El dolor interno, que superaba su capacidad de confrontación, la llevó a intentar suicidarse hasta tres veces. Afortunadamente encontró la verdad que la liberó y la hizo renacer para una nueva vida.
“De pequeña veía como mi padre, que consumía drogas, maltrataba y violaba a mi madre delante de nosotros. Ese fue uno de mis primeros traumas. En mí nació un odio muy grande, no podía estar cerca de él porque su olor me repugnaba. Deseaba matarlo para acabar de una vez con nuestro sufrimiento”, confiesa la joven.
Por si fuera poco, un amigo de su familia empezó a abusar de ella. “Mi madre limpiaba su casa y él se aprovechaba de mí cuando me dejaba viendo la televisión. Fueron varios años así. Esta situación me llenó de odio y dolor. Incluso en contra de Dios, porque pensaba que no estaba haciendo nada por mí, aunque ahora lo entiendo todo”, relata.
En su adolescencia decidió acabar con su vida. “Pensé que, si ponía fin a mi vida, también pondría fin a mis problemas. Lo hice de varias maneras, pero siempre hubo alguien que lo impidió. En ese tiempo, aumenté mi consumo de drogas, mis salidas nocturnas y acabé con un embarazo precoz que decidí interrumpir, aunque el aborto profundizó aún más mi dolor.”
Ella recuerda sus primeros pasos en la fe. “Fue un amigo, actualmente mi marido, quien me invitó al Centro de Ayuda Cristiano. Allí sentí que Dios hablaba directamente conmigo, y yo no tardé en corresponderle. Abandoné el alcohol, las malas amistades y me despojé de todo lo que me hacía daño.”
“Entendí que el único que podía llenar mi vacío, darme paz y hacer todo nuevo en mi vida era Dios, así que luché para perdonar a mi padre y a la persona que había abusado de mí. No fue fácil, pero eso me dio paz. Seguí perseverando y recibí el Espíritu Santo. ¡Nunca pensé que pudiera tener algo tan bonito y puro como Él dentro de mí! Ahora mi vida está totalmente transformada y las heridas del pasado están curadas”, finaliza feliz.


