Todos pasamos por problemas, “problemillas”, problemas del día a día, pero también “problemas gigantes”, problemas serios, graves y amenazantes. “La pregunta es: ¿cómo ves ese problema? ¿Como algo imposible de superar o como una oportunidad de glorificar a Dios?”, preguntó el obispo Joaquín a los presentes.
Al respecto, el obispo explicó que David, mucho antes de ser coronado rey, se dedicaba a cuidar del rebaño de su padre mientras sus hermanos luchaban para el ejército. Los filisteos se levantaron en contra del ejército de Israel, y, de entre ellos, el gigante Goliat era el más temido por su tamaño y fuerza. Goliat amedrentaba con palabras amenazantes y desafiaba a cualquiera que dispusiera a pelear en contra de él.
Todos los soldados de Israel, a pesar de haber sido entrenados para pelear, tenían miedo de enfrentarse a Goliat. En cambio, David, un simple pastor de ovejas, no lo pensó dos veces: Se enfrentó al gigante y lo derribó en el nombre del Señor de los Ejércitos con cinco piedras.
Estas cinco piedras representan el nombre del Señor Jesús. “Jesús tiene cinco letras. A través del nombre del Señor Jesús usted puede derribar cualquier gigante, pues está escrito: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13-15). Este Nombre destruirá su mayor problema, pero tiene que enfrentarle, como David, no se quede como el ejército de Israel, paralizado y con miedo. Sea cual sea su “gigante” (enfermedad, depresión, problema económico, etc.) caerá en el nombre de Jesús”, enseñaba el obispo.
David tuvo el coraje de enfrentarse a Goliat porque tenía la unción de Dios, que le guardaba y le daba fuerzas para vencer a Goliat. En esta misma fe, el próximo domingo a las 10hs, se realizará la Unción de la Fuerza y la Protección en todas las iglesias, para que todos los asistentes sean revestidos con el Espíritu Santo.
