Para volver

para volver

“…Volveos a Mí, y Yo Me volveré a vosotros, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos.”

(Malaquías 3:7)

Para volver es necesario reconocer que estás desviado. Desviado de la fe consciente, la fe consciente involucra obediencia a la Palabra, fidelidad y amor. Muchos tienen fe, pero no tienen un compromiso serio con el SEÑOR. Lo tratan como un amante. En los momentos de aprietos, oran. Cuando tienen ganas, van a la iglesia a cumplir una obligación. De vez en cuando leen la Biblia. Pero la pereza es tanta que ni siquiera meditan. Enseguida, enseguida
aparece el sueño y desisten.

A los hijos de Jacob, Él les dijo: “Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de Mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a Mí, y Yo Me volveré a vosotros.

¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros Me habéis robado.

¿En qué Te hemos robado?

En vuestros diezmos y ofrendas.”

La ley de los diezmos y de las ofrendas es anterior a la Ley de Moisés y el Señor Jesús nunca la revocó. (Génesis 14:20; Mateo 23:23)

El diezmo simboliza la fidelidad. Son los primeros 10%, las primicias. La ofrenda simboliza el amor. Es voluntaria y espontánea. En la falta de los diezmos y ofrendas, hay ausencia de fidelidad y amor del siervo hacia su SEÑOR, lo que le da derecho al devorador de asumir el control del ladrón.

¿Son cristianos? Teóricamente sí. Pero en la práctica, no tienen nada que ver con el Señor Jesús. Honrar al Señor con las primicias y con las ofrendas espontaneas es una actitud de verdadero siervo.

Reconoce tu situación espiritual delante de Dios y mantén tu fidelidad.

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«HICE DE LA BANDA MI FAMILIA, PERO NO ME SENTÍA FELIZ»

La decadencia de Abel empezó como la de cualquier otro joven pandillero que no encuentra en su propio hogar un referente ni un espacio donde ser amado. Fue este vacío el que le condujo a buscar fuera de casa la sensación de pertenencia a una familia, aunque fuera a costa de vender su propia alma. Ahora, fuera del mundo de la delincuencia y tras superar todos sus conflictos y carencias, es un joven feliz, con sueños y proyectos, que además disfruta de una familia reconstruida.

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«Mi corazón está sanado, ¡y gratis!»

Carol desde su niñez sufrió abusos y se sentía vacía. A lo largo de su vida, buscó la felicidad pero no lograba encontrarla, lo que la llevó a ser agresiva, sufrir ataques de ansiedad y hasta incluso realizar acciones extremas, como pagar 1000€ por un curso para «sanar su corazón», sin obtener resultados.

En el video podrás conocer la historia completa de Carol y como consiguió sanar su corazón ¡sin pagar nada!

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