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Santo Culto: El desafío de Elías

El pasado domingo, el obispo explicó que la razón por la que muchas personas no cambian de vida es porque tienen una fe dividida. Esto fue lo que sucedía con el pueblo de Israel. Empezaron a invocar a Baal y a dioses extraños, por influencia de la esposa del rey Acab, y la miseria, el hambre y la sequía se perpetuaron durante muchos años. El profeta Elías, indignado con aquella situación, decidió desafiar a los profetas de Baal. El Dios verdadero tenía que responder con fuego y cambiar aquella situación de una vez por todas. Esto es lo que las personas deben hacer si quieren ver un antes y un después en sus vidas.

Elías era un hombre corriente, como cualquiera de nosotros. Pero lo que lo hacía diferente era su fe, definida y entregada a la Palabra de Dios. El pueblo de Israel, en cambio, tenía una fe dividida. Conocían los preceptos de Dios, pero hacía mucho tiempo que habían decidido invocar a otros dioses. La destrucción no se hizo esperar. Mucha gente se estaba muriendo de hambre. No había nada que comer y los cielos ya no daban su lluvia.

El desafío

Elías, harto de ver aquella situación, tomó una decisión. Mandó que el rey Acab reuniera a los profetas de Baal y a todo el pueblo en el monte Carmelo, y allí les desafió diciendo:

“¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre del Señor, y el Dios que respondiere por medio de fuego, ese sea Dios. Y todo el pueblo respondió: Bien dicho” (1 Reyes 18:24).

“Lo que Elías hizo fue un desafío de fe, porque que cayera lluvia sería algo normal, pero que cayera fuego del cielo, no era algo normal. Él determinó que algo imposible iba a suceder”, decía el obispo hablando de la calidad de fe de Elías, que no tenía miedo de desafiar a los demás profetas ni a sus dioses.

Los 450 profetas de Baal sacrificaron un buey y clamaron a Baal durante toda la mañana, hasta pasado el mediodía, pero no hubo respuesta:

“Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho” (1 Reyes 18:25)

Llegó el turno de Elías, y él hizo todo lo que el Señor le mandó hacer. Presta mucha atención:

“Entonces dijo Elías a todo el pueblo: acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar del Señor que estaba arruinado” (1 Reyes 18:30). El altar de Dios estaba arruinado, estaba abandonado. Él arregló el altar de Dios, y:

“y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dado palabra del Señor diciendo, Israel será tu nombre, edificó con las piedras un altar en el nombre del Señor.”

Además de restaurar el altar, que había sido abandonado, Elías ordenó que se derramaran doce cántaros de agua sobre el altar. Él no solo ofreció un buey, sino que entregó toda el agua que tenían reservada por la sequía. Elías realizó un sacrificio perfecto, que demostraba su dependencia absoluta de Dios. Y es que Elías no podía fallar. Si Dios no respondiese al sacrificio, él sería hombre muerto, pues estaba solo enfrentándose a 450 profetas de Baal.

Tras realizar este sacrificio, Elías oró, y la respuesta no se hizo esperar:

“Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Señor Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Señor, eres Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos. Entonces cayó fuego del Señor, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: ¡El Señor es Dios, el Señor es Dios!”

Después de realizar esta oración, cayó fuego del cielo y consumió todo. En aquel momento todo el pueblo cayó postrado y supo que existe un Dios vivo que responde con gran poder.

“En esta fe de Elías nosotros lanzamos este desafío también en el monte Carmelo, para todos aquellos que quieren dar un basta a su situación y que quieren ver el poder de Dios en sus vidas” invitaba el obispo a los oyentes al cambio.

Descubre como puedes participar y cambiar tu historia. La Hoguera Santa de Israel en el monte Carmelo tendrá lugar el domingo 10 de julio, pero todos los días en el Centro de Ayuda Cristiano puedes aprender un poco acerca de este desafío. También puedes participar en el “clamor rumbo al Monte Carmelo” de lunes a viernes a las 22horas a través de Vida FM o de las redes sociales del Centro de Ayuda Cristiano.

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