NO DEJES QUE TU LENGUA TE HAGA PECAR
“SEÑOR, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios.” (Salmos 141:3).
David sabía que toda palabra tenía un peso y que su lengua podría bendecirlo o maldecirlo, por eso Le pidió a Dios que le diese el control sobre sus palabras. Si tu lengua está siempre dispuesta a hablar más de lo que debería, haz como David y pídele a Dios que te dé el dominio sobre ella.
Juventud y salud suelen ir de la mano, pero no cuando hablamos de salud mental. Tanto es así que el número de jóvenes que sufre
El índice de suicidios en todas las franjas de edad ha ido en aumento y las autolesiones se han multiplicado en los últimos años. Entre
La paz es uno de los escenarios idílicos más deseados por la humanidad. Sin embargo, siempre ha habido guerras. Y no hace falta irnos atrás
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