5º Consejo para Blindar tu Fe

NO DEJES QUE TU LENGUA TE HAGA PECAR

“SEÑOR, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios.” (Salmos 141:3).

David sabía que toda palabra tenía un peso y que su lengua podría bendecirlo o maldecirlo, por eso Le pidió a Dios que le diese el control sobre sus palabras. Si tu lengua está siempre dispuesta a hablar más de lo que debería, haz como David y pídele a Dios que te dé el dominio sobre ella.

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«HICE DE LA BANDA MI FAMILIA, PERO NO ME SENTÍA FELIZ»

La decadencia de Abel empezó como la de cualquier otro joven pandillero que no encuentra en su propio hogar un referente ni un espacio donde ser amado. Fue este vacío el que le condujo a buscar fuera de casa la sensación de pertenencia a una familia, aunque fuera a costa de vender su propia alma. Ahora, fuera del mundo de la delincuencia y tras superar todos sus conflictos y carencias, es un joven feliz, con sueños y proyectos, que además disfruta de una familia reconstruida.

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«Mi corazón está sanado, ¡y gratis!»

Carol desde su niñez sufrió abusos y se sentía vacía. A lo largo de su vida, buscó la felicidad pero no lograba encontrarla, lo que la llevó a ser agresiva, sufrir ataques de ansiedad y hasta incluso realizar acciones extremas, como pagar 1000€ por un curso para «sanar su corazón», sin obtener resultados.

En el video podrás conocer la historia completa de Carol y como consiguió sanar su corazón ¡sin pagar nada!

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