Durante uno de sus programas, el obispo del Centro de Ayuda Cristiano dijo que una persona no puede hacer lo que quiere en todo momento y, a la vez, pedir que Dios le cuide. Sencillamente porque muchas veces nuestra voluntad va en contra de la de Dios, y si nosotros no le obedecemos, Él no podrá hacer nada por nosotros.
¿Por qué esto es importante?
“Tú tienes que decidir lo que quieres. ¿Quieres tener libertad absoluta o quieres que Dios te proteja? Porque si deseas que Dios te proteja, Él establece sus condiciones, Su Palabra y Sus consejos, que son para nuestra protección. No son para restringir nuestra libertad, sino para protegernos de nosotros mismos”, apuntó el obispo.
En la Biblia está escrito: “Ni quisieron mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, Comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, y la prosperidad de los necios los echará a perder;Mas el que me oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal” (Proverbios 1:30-33).
“Quien ama, reprende. Cuando recibes alguna represión (ya sea de tu madre, tu padre, de un superior en el trabajo, del pastor en la iglesia o de una persona que no es superior a ti), si estás equivocado, baja la cabeza y acepta la reprensión. Está claro que a nadie le gusta ser reprendido porque es una actitud que desagrada a nuestra carne, pero es para nuestro bien”, aconsejó el obispo.
No todo lo que queremos es para nuestro bien. A veces nuestros deseos pueden destruirnos. Podemos pensar que es bueno, pero, en realidad, nos hará daño. Por eso, necesitamos dar oídos a la voluntad de Dios, en lugar de a nuestros propios deseos.
¿Qué hacer?
“Quien quiera tener seguridad tiene que dar oídos a la Palabra de Dios, a Sus consejos, aunque estos parezcan restrictivos. Visto desde un punto de vista superficial, podría parecer que Dios intenta limitar, atar o restringir, pero no es así. Lo que Él pretende, en realidad, es protegerte de este mundo que castiga a aquellos que buscan la libertad a cualquier precio”, orientó el obispo.