TOMA POSESIÓN DE LA PROMESA DE DIOS
“…Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Juan10:10).
Esa es la profecía del Señor Jesús para todos nosotros, pero para tomar posesión de ella es necesario fuerza y coraje. Cuando Dios dio la tierra prometida a los hijos de Israel, ella no vino con facilidad. Tuvieron que arrancársela a sus enemigos.
No obstante, tenían a Dios a su lado, no importaba cuán fuertes eran sus oponentes, el Señor los entregaría en sus manos. Como creían en eso, se tornaron más fuertes. Y como tuvieron coraje de ir a la lucha, conquistaron.