PERMITE QUE EL DINERO SEA TU SIERVO, JÁMAS TU SEÑOR
«Porque raíz de todos los males es el amor al dinero» (1 Timoteo 6:10). Muchas han perdido la salvación a causa de una ambición sin control, por amar más al dinero que a Dios. Nosotros nos servimos de la fe para conquistar las promesas de Dios, y Él nos bendice para que Su nombre sea engrandecido. Jamás debemos cometer el error de dejar que esas bendiciones estén por encima de Dios en nuestra vida. Más importante que poseer bienes materiales es alcanzar la salvación de nuestra alma.