DEJA QUE DIOS CUIDE DE TUS INTERESES
Cuida de los intereses de Dios y Dios cuidará de los tuyos. Cuando existe un problema de orden legal para resolver, descansa al entregar la causa en las manos de un abogado bueno y de confianza. Entonces, ¿por qué no estar aún más tranquilo al confiarle tus peticiones a Dios? Está escrito que el Señor Jesús es nuestro abogado (1 Juan 2:1) y que con Él vencemos todo (Romanos 8:37). Preocúpate por obedecer a Dios, cuidando aquello que es importante para Él y no solo tendrás a su lado al mejor Abogado, sino que al propio Juez.