NO ADMINISTRE PROBLEMAS
Y esfuércese para abandonar sus malos hábitos. Dios no tortura a Sus hijos para probarlos. Si algo malo está sucediendo en su
vida, esté seguro de que existe un mal actuando. Dios permite los desafíos para que, a través de una indignación en contra de la situación, tengamos victorias y crezcamos aún más en la fe, jamás para humillarnos ni destruirnos.