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Cómo leer la Biblia

A pesar de que la Biblia es un libro lleno de aventuras, poesías, proverbios y todo lo que el corazón ansía, aún así no debemos tener el hábito de leerla como un libro común. Es mucho más que eso, y es extremadamente importante que se medite en cada versículo, cada palabra. Es como masticar lentamente un sabroso pedazo de churrasco. Leer apresuradamente es semejante a tragar sin masticar, sin sentir el sabor; es no disfrutar el mayor tiempo posible el gusto del alimento y todavía se corre el riesgo de una indigestión.

Quien lee la Biblia de ese modo llega a conclusiones precipitadas que pueden hasta perjudicar su vida espiritual. La lectura bíblica debe ser pausada, cuidadosa y respetuosa. Para comprender bien el mensaje de cada pasaje es profundamente importante observar lo siguiente:

  • A) El uso de los verbos

Por ejemplo, el Señor Jesús dijo en Juan 10:10

“El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”

¿Cuáles son los verbos de este versículo? Venir, robar, matar, destruir y tener. Ellos siempre muestran una acción. Cuando la persona examina bien el sentido del verbo, la comprensión del texto le será, entonces, mucho más fácil. Vamos a tratar de entender cada verbo del texto anterior:

Viene – Verbo venir – Significa que alguien ha venido a hacer alguna cosa. En este caso, la persona que ha venido es el ladrón. El texto no dice que él vino o vendrá, sino que viene, en el presente. Significa que su acción está siendo realizada en el presente.

Robar – Significa apoderarse de lo que no le pertenece. Puede ser la salud, los hijos para los vicios, la estabilidad económica, la paz del hogar, o bien el empleo, en fin, un mundo de cosas en la vida de una persona.

Matar – Quiere decir eliminar, llevar al fin. Puede referirse al amor del marido, de la novia, la vida a través de un desastre automovilístico, enfermedades, accidentes de trabajo, etc.

Destruir – Destruir la familia por causa de amantes, el cuerpo con drogas, cigarros, bebidas, la reputación, etc.

Venido – Verbo venir, nuevamente. Alguien también viene en oposición al ladrón. ¿Quién? ¡El Señor Jesús! ¿Qué viene a hacer Él? Él mismo afirma: «… para que tengan vida». ¿Y qué tipo de vida, siendo lo opuesto a lo que el ladrón provoca? Nuevamente recurrimos al texto, que dice: «… tengan vida en abundancia».

Tengan – Significa poseer. Habla del significado de la venida de Jesús, en oposición al ladrón, el diablo. El Maestro viene para que nosotros podamos tener vida en abundancia. No es una simple promesa, una expectativa o un deseo, sino una verdad de la cual todos deben tomar posesión.

  • B) La puntuación

Es preciso examinar la puntuación, que es una pausa para separar los pensamientos, dándoles sentido. Si leemos cualquier frase sin puntuación, vamos a encontrarnos con situaciones en que no llegaremos a conclusión alguna, entonces estaremos imposibilitados de entender el texto. Por ejemplo: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado” (Gálatas 6:7).

¡Imagínese si alguien lee esa pequeña frase sin puntuación y resolviese citar apenas al primera parte! Quedaría así: “No os engañéis Dios.” Ese simple ejemplo puede mostrar qué importante es considerar con cuidado la puntuación de los textos entre palabras, versículos y capítulos.

  • C) El sujeto

La persona que habla y a quien ella se dirige. Preste atención al texto y observe si quien está hablando es el Señor, el escritor del libro, o si él está citando a alguien. Intente percibir a quién se dirige el mensaje: si a Israel, la Iglesia, a alguien en particular, o a todas las personas. No siempre el escritor anuncia claramente el origen de aquello que está hablando, como por ejemplo, el apóstol Pablo:

“Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.” 1 Corintios 7:12

  • D) El contexto y el tiempo

Es importante intentar entender el contexto, o sea, en qué situaciones el autor se encuentra cuando recomienda alguna cosa en la Palabra de Dios. La ley, por ejemplo, fue dada cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto. Muchas recomendaciones relativas a la comida, vestimentas e higiene, por ejemplo, tienen que ver con la vida en aquel lugar y no siempre sirven para nosotros actualmente. Eso se aplica también con algunos conceptos éticos, políticos y sociales.

También es necesario, para interpretar correctamente la Biblia, ubicarse en el tiempo en que alguna cosa fue dicha o practicada. Es posible que determinadas prácticas de algunas épocas no sean aconsejadas para el tiempo en que vivimos. Por otro lado a veces vivimos situaciones semejantes a las que el pueblo de Dios vivió en ciertos momentos, y la enseñanza de aquella época aún hoy nos sirve. El Espíritu Santo, más que cualquier otra fuente, nos mostrará el camino en esas situaciones.

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1 comentario en “Cómo leer la Biblia”

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