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CON MASCARILLA Y PRECAUCIÓN, PERO SIN MIEDO

Como cada mañana en VidaFM, la doctora Teresa Pérez nos informa de las últimas noticias sobre coronavirus desde un punto de vista práctico y positivo. Esta vez nos ha hablado de la importancia de llevar mascarilla en el exterior y de aumentar la protección en casa si convivimos con un familiar en grupo de riesgo. También ha transmitido calma a aquellos que todavía tienen miedo a contagiarse si van a la iglesia o al supermercado, a pesar de contar con todos los medios de protección.

Poco a poco las ciudades parecen recobrar vida. A cada semana, más trabajadores vuelven a sus empleos y se ven más personas en la calle. Vamos por el buen camino pero tenemos que seguir haciendo nuestra parte, sin relajarnos, pero sin miedo.

MASCARILLA SIEMPRE

La protección es muy importante. Los medios de transporte público están un poco más llenos y el uso de mascarillas ya es obligatorio para todos los viajeros. Esta medida, desde mi punto de vista, es crucial, pero no solo en el momento de coger un metro o un autobús. Yo siempre he pensado que países como China o Corea del Sur han podido combatir la pandemia, en gran medida, gracias a la obligatoriedad de usar mascarilla. La razón es que el mayor foco de contagiosidad no está en aquellos que tienen síntomas sino, precisamente, en aquellos que no los tienen.

En antiguos programas hablamos sobre los diferentes tipos de mascarillas que existen en el mercado. Para las personas que no trabajan en la rama sanitaria ni están en contacto con enfermos, se ha generalizado el uso de las mascarillas quirúrgicas y de las mascarillas higiénicas. Estas  tienen un filtro menos que las primeras y por ello no deben usarse durante más de 8 horas. Los trabajadores sanitarios y aquellos que están expuestos a elementos químicos o polvo, deben usar las mascarillas de protección respiratoria, que como ya explicamos, se clasifican según su nivel de filtración, las FFP1, FFP2 y FFP3.

DENTRO DEL HOGAR

Otro punto que considero muy importante es el de la protección dentro del hogar. Tenemos que proteger a los familiares que están incluidos en el grupo de riesgo. En casa debemos seguir con el lavado de manos, la desinfección de la compra (con un paño mojado en agua y un poco de lejía), separación de ropa para salir y otra para estar en casa, lavado a máquina de 60º, desinfección de superficies y y el uso de mascarilla si vivimos con una persona con una salud fragilizada por alguna patología o de edad avanzada.

Siempre utilizo como ejemplo a una residencia catalana que no ha registrado ningún contagio entre sus residentes porque desde el primer momento en que se habló de los primeros contagios en España, extremaron sus medidas de seguridad, tanto en la residencia como en sus hogares, y a día de hoy siguen con normalidad sus actividades sin tener a sus ancianos recluidos y proporcionándoles todo el bienestar que necesitan. Esto nos sirve para mentalizarnos de que la protección dentro y fuera de casa es vital.

SIN MIEDO

Sin embargo, que la protección sea muy importante no quiere decir que haya que vivir con miedo. Al contrario. Tenemos que ser conscientes de que las medidas de protección, como la propia palabra dice, son para protegernos y para proteger a los demás y, por ese mismo motivo, debemos estar tranquilos y seguros de que si hacemos nuestra parte, no sufriremos contagios.

Hay gente que todavía tiene miedo de salir al supermercado, a dar un paseo (ahora que está permitido) y de ir a la iglesia. Si la persona ha pasado el coronavirus y ha permanecido aislada durante 14 días a contar desde el último día en que ha dejado de tener algún síntoma, puede ir a estos lugares sin miedo, con mascarilla, guantes y guardando la distancia de seguridad. Si hace esto, no tiene que tener miedo a contagiarse ni a contagiar a los demás. Incluso, en estos lugares se están llevando a cabo todas las medidas de seguridad. En la iglesia se están evitando las aglomeraciones y se están desinfectando las manos a cada uno de los asistentes en la entrada.

A la iglesia o al supermercado no deberían ir las personas que tienen una patología de riesgo, ni los ancianos ni los niños, el resto sí puede ir con total seguridad y tranquilidad.

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