«Te amo, oh Señor, fortaleza mía. Señor, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré al Señor, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos. Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de perversidad me atemorizaron. Ligaduras del Seol me rodearon, tendieron lazos de muerte.» Salmo 18:1-5

REEDIFICA EL MURO
“Y me dijeron: Los restantes, que quedaron del cautiverio, allá en la provincia, están en gran miseria y desprecio; y el muro de Jerusalén está