DE PECADO, DE JUSTICIA Y DE JUICIO

El Señor Jesús mostró los tres puntos en los que el Espíritu Santo trabaja para convencer al ser humano. Él revela el nivel de corrupción moral y espiritual de cada uno, su naturaleza caída y su necesidad urgente de la justicia de Dios. El Espíritu Santo muestra también la injusticia cometida por cada persona y cuán sujeta estará al juicio y a la condenación si no se arrepiente. Solo alguien completamente insensible se resiste a Su voz.

Quien nació de Dios de verdad se acuerda muy bien de la primera vez que oyó al Espíritu Santo, pues es imposible olvidar cuán pecadores, perdidos y miserables nos sentimos. En el pasado, ¿cuántas veces nos ofendimos e incluso peleamos con alguien que nos llamó la atención a causa de un error? Pero, con el Espíritu Santo, eso no sucede. Sí, nos entristecemos mucho y nos avergonzamos por nuestras actitudes, pero esa tristeza opera para el arrepentimiento y para la salvación.

Vale la pena recordar que no es por el hecho de que el Espíritu Santo no haya convencido a alguien que la culpa por la perdición de esa persona será de Dios. El SEÑOR tiene el poder para convencer, pero somos nosotros los que Le damos las condiciones para que Él lo haga. A fin de cuentas, está escrito que Dios no hace acepción de personas (Hechos 10:34). Es debido a la dureza y a la falta de arrepentimiento que los incrédulos acumulan contra ellos mismos la ira (Romanos 2:5). El hecho de no ser convencido por Dios es la mayor prueba de que falta el deseo sincero de querer conocerlo.

Por eso, nunca te olvides de hacer de tu corazón un lugar propicio a la acción del Espíritu Santo. No permitas que la humildad que manifestaste al principio de tu conversión se pierda con el pasar del tiempo. Combate diariamente toda raíz de orgullo, egoísmo y autosuficiencia. Mientras procedas de esta manera, estarás convencido acerca de toda la Palabra del Altísimo y andarás por el camino de la fe. De lo contrario, serás convencido por el diablo, pues tu corazón propiciará su acción, y, a grandes pasos, recorrerás el camino de la muerte.

Comparte:

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on whatsapp
WhatsApp
Share on telegram
Telegram

«HICE DE LA BANDA MI FAMILIA, PERO NO ME SENTÍA FELIZ»

La decadencia de Abel empezó como la de cualquier otro joven pandillero que no encuentra en su propio hogar un referente ni un espacio donde ser amado. Fue este vacío el que le condujo a buscar fuera de casa la sensación de pertenencia a una familia, aunque fuera a costa de vender su propia alma. Ahora, fuera del mundo de la delincuencia y tras superar todos sus conflictos y carencias, es un joven feliz, con sueños y proyectos, que además disfruta de una familia reconstruida.

Leer »

«Mi corazón está sanado, ¡y gratis!»

Carol desde su niñez sufrió abusos y se sentía vacía. A lo largo de su vida, buscó la felicidad pero no lograba encontrarla, lo que la llevó a ser agresiva, sufrir ataques de ansiedad y hasta incluso realizar acciones extremas, como pagar 1000€ por un curso para «sanar su corazón», sin obtener resultados.

En el video podrás conocer la historia completa de Carol y como consiguió sanar su corazón ¡sin pagar nada!

Leer »

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *