ÉL NUNCA SE VA A OLVIDAR

“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, Yo nunca Me olvidaré de ti”.

(Isaías 49:15)

El hijo puede ser el mayor delincuente, preso y despreciado por la sociedad, pero la madre estará allí para visitarlo. O por lo menos, esa es la teoría. Hoy, se multiplican los casos de madres tirando a sus hijos al contenedor de la basura, bebés olvidados en coches cerrados, niños que nacen en la miseria o incluso fruto del egoísmo. Sin embargo, en la época de Isaías, las madres eran la mayor referencia de amor que se podía tener. Era impensable que una madre se olvidara del bebé recién nacido.

Mi madre tuvo muchos hijos, pero, aun así, nunca se olvidó de ninguno. Incluso con todas las dificultades a las que nos enfrentamos, siempre pudimos contar con ella. Pero, aunque se hubiera olvidado de mí, Dios jamás se olvidaría. Solamente en Él encontramos ese amor.

Un hijo puede darles la espalda a sus padres, una madre puede olvidarse de su bebé, un padre puede rechazar a su hijo, el marido puede despreciar a su mujer, la novia puede abandonar a su novio, cualquier ser humano puede decepcionarse de otro. Pero Dios nunca se olvidará de ti.

No importa cuántas veces hayas sido despreciado o rechazado. No importa lo que digan de ti. Ni siquiera importa lo que piensas tú al respecto. Él jamás se olvida de los que Le buscan. Del alma sincera y afligida que Le busca. Su amor es mayor que el amor de la mejor madre, padre, amigo, marido, hijo, esposa… Siempre podrás contar con Él.

Cuenta con Dios en cualquier situación, pues Él nunca se olvida de ti.

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