El poder de las palabras

Muchas personas tienen una vida de fracasos causada por la manera como usan sus palabras. Si supiesen, cuán poderosas son tus palabras, para construir o destruir, tanto en tu propia vida como en la de los demás, hablarían sólo aquello que realmente edifica.

Un hombre plantó trigo en su hacienda, y lo que plantó correspondía a dos o tres años de descanso para Él. Sin embargo, en cierta ocasión, cayó una fuerte nevada en su propiedad. Sabiendo del prejuicio que esto le costaría, cogió su Biblia, fue al campo, y dijo en voz alta: “Oh, Dios, yo he sido fiel en mis diezmos y en mis ofrendas, y tú has prometido, aquí en Malaquías 3:10, abrir las ventanas de los cielos y derramar bendiciones sin medida, y no nieve sobre mi trigo. Ahora Tu Palabra tiene que cumplirse, porque es Tu Palabra.”

«¡Si la nieve continua cayendo, voy a perder el trigo! ¡Quiero que esta nieve pare inmediatamente!» Al decir esto, la nieve paró y, en aquel invierno, solamente su plantación no fue destruida.

¿Por qué? Porque él actuó por la fe, teniendo como base la propia Palabra de Dios. Y el milagro aconteció. Con todo, si él se hubiese dejado llevar por las circunstancias y, al ver la nieve caer sobre el trigal, hubiese corrido a su casa y se hubiera quedado lamentándose, con seguridad su plantación habría sido destruida.

Cierta señora sufría de grave tuberculosis, y estaba muy próxima a la muerte. Su cuerpo frágil y debilitado por la dolencia no podía moverse. Entonces, echada en su cama, al abrir su Biblia en Isaías 53:4-5, donde está escrito: «Ciertamente él tomó sobre sí nuestras enfermedades, y nuestros dolores llevó sobre sí (…) y por sus llagas fuimos curados», ella pensó: «Si Jesús cargó con mi enfermedad, entonces yo no preciso cargar esta dolencia en mi cuerpo».

Levantándose, dijo a su madre: «Mamá, si en la Biblia está escrito que Jesús ya llevó mi dolencia, entonces yo estoy curada». Comenzó a andar y, en dos semanas, ganó peso y se quedó completamente curada. ¿Por qué? Porque ella creyó y asumió para sí lo que estaba escrito.

Confesando la Palabra de Dios, ella trajo salud y vida a su cuerpo.

Asuma la Palabra de Dios en su vida. Crea y, con certeza, las bendiciones de Dios se manifestaran en ti.

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