«El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?» Salmos 27:1

Un domingo para sanar las heridas del alma
Las heridas que más duelen y que más hacen sufrir a las personas son las que se producen en el alma. No son físicas. No