El griego tenía la palabra “byblos” para el singular de libro y “byblia” para el plural, o sea, libros. Modernamente mantenemos la noción de que un sinónimo muy utilizado para la palabra Biblia es Escrituras, lo que viene de los tiempos más antiguos, como se puede ver en Mateo 21:42; Marcos 12:10 y 2 Timoteo 3:16.
La Biblia tiene dos divisiones mayores y principales, que son el Antiguo Testamento, también llamado Viejo Testamento, y el Nuevo Testamento. Testamento significa alianza o pacto, lo que nos lleva a comprender que la Biblia trae dos grandes fases de la relación entre Dios y el hombre: la Antigua y la Nueva Alianza propuesta por Dios a nosotros. La Biblia es un conjunto de 66 libros, 39 están en el Antiguo Testamento y 27 están en el Nuevo Testamento. El texto completo de la Biblia llevó cerca de 16 siglos para escribirse, por unos 40 escritores diferentes, personas de diversas procedencias sociales y profesionales dentro del pueblo de Dios, de Israel. Esas personas escribieron mientras se encontraban en situaciones muy diferentes entre ellos, en países y regiones apartadas y diversas entre sí, pero con una gran unidad de texto, con tan perfecta armonía que es fácil constatar que Uno solo los conducía en ese maravilloso trabajo de registrar la revelación divina al hombre.
Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento fue escrito originalmente en hebreo, con algunos pocos párrafos en arameo, lenguaje que también es conocido como siríaco. El Antiguo Testamento está dividido en cuatro grupos afines que reciben los nombres de ley, historia, poesía y profecía. Veamos:
Ley – Son los cinco primeros libros, también llamados Pentateuco: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
Historia – Son doce libros, de Josué a Ester: Josué, Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester.
Poesía – Son cinco libros, también llamados poéticos: Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés y Cantares.
Profecía – Son diecisiete libros que se subdividen en dos grupos, llamados profetas mayores y profetas menores.
- Profetas mayores – cinco libros: Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel.
- Profetas menores – Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
Es bueno saber que la clasificación que consta arriba fue establecida posteriormente y por tema, sin tener en cuenta la cronología, o sea, el orden en que fueron escritos originalmente los libros. El lector de la Biblia podrá percibir que, aún dentro del mismo libro, muchas veces no hay un orden cronológico de los hechos narrados.