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La guerra no termina nunca

Las últimas semanas se han caracterizado por una gran incertidumbre como consecuencia del COVID-19. Muchas personas en España viven angustiadas, con miedo a contraer la enfermedad o a morir. El pánico se apodera de sus vidas y lo único que hacen es estar pegadas al televisor para escuchar, cada minuto, un sinfín de noticias negativas que no les aportan ningún beneficio.

Unas personas están sufriendo en casa o en el hospital porque efectivamente han contraído el virus. En cambio, otras quizá sufran una gripe, pero la ansiedad les domina. En estos momentos todos necesitamos apoyarnos en la fe. “El señor es quien nos guarda. Él está atento a todos estos problemas y es importante que estemos firmes en nuestra fe, confiados en que ningún mal podrá prevalecer sobre nuestras vidas”, señaló el obispo Paulo Roberto en la reunión del pasado domingo.

La vida nos enseña que tenemos que vivir una vida inteligente. Cuando satanás tentó a Jesús para que se tirara de un lugar alto diciendo que estaba escrito que Dios daría orden a sus ángeles para que no tropezáramos en ninguna piedra, Jesús dijo: “satanás escrito está también que no tentarás al señor”. Es decir, no podemos tentar a Dios, hay que hacer las cosas con responsabilidad y usar la fe inteligente. Es necesario que sigamos las orientaciones sanitarias para que la situación no se agrave, pero no debemos dejar que las dudas se apoderen de nosotros. “Eso es lo que quiere el diablo. Además, es perjudicial para nuestra salud porque si una persona está en una situación grande de estrés, baja su inmunidad”, esgrimió el obispo.

La mejor manera de vencer una situación como esta es invertir en tu vida espiritual, en buscar el Espíritu Santo. ¿Por qué? Porque cuando acabe esta pandemia tendremos otros problemas. En unas ocasiones satanás nos ataca con enfermedades, en otras provocando separación en la familia, en otras crisis económicas… “La guerra no termina nunca. Por eso necesitamos estar fortalecidos con el Espíritu Santo porque es quien nos da la fe sobrenatural. Nos da la fortaleza, la calma y la tranquilidad para que podamos mirar hacia adelante y no dejarnos influenciar por las circunstancias de la vida”, aseveró el obispo Paulo.

Mientras estemos en este mundo vamos a tener que luchar contra las fuerzas del infierno. Satanás vino para matar, hurtar y destruir. Solo si estamos fortalecidos en la Palabra de Dios seremos capaz de vencerlo.

“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo” (Efesios 6:10-11). La palabra de Dios es lo que nos da fuerza para seguir adelante y vencer. Si no estamos fortalecidos, las palabras de dudas harán que fracasemos y nos destruirán cayendo en una depresión. El diablo siempre está acechando, siempre nos atacará, pero si estamos llenos del Espíritu Santo estaremos fuertes y venceremos esta batalla.

“Nuestra lucha no es contra el Ser Humano, ni contra los que se levantan en contra de nosotros. Es contra satanás y contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo. ¿Cómo vencemos a un enemigo que no consigues ver? Solo si estás vestido de la armadura de Dios, del Espíritu Santo”, afirmó el obispo.

Este virus es un enemigo invisible que podemos vencer teniendo nuestro sistema inmune fortalecido. El Espíritu Santo es nuestra vacuna espiritual, lo que nos capacita para vencer. Por eso necesitas poner toda tu fuerza para recibirlo.

Todos en algún momento atravesamos momentos difíciles. El problema ha venido para atormentar y amenazar a todos. Mucha gente está contagiada pero no significa que se vaya a morir. Si no te has contagiado también tienes que cuidarte, pero sin miedo, sin depresión, fortalecido en la Palabra de Dios.

“Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31). Dios es fiel y jamás desamparará a aquellos que están apoyados en Él. Ahora todos necesitamos estar fortalecidos en Dios. Es una situación que afecta a los que creen, a los que no, a los ricos, a los pobres…a todos. El dinero no salva a nadie. Todos necesitamos la fortaleza de Dios y la armadura de Dios en nuestra vida y vivir por la fe.

En estos días en los que el ritmo de vida vertiginoso que llevábamos se ha ralentizado, procura ver cosas buenas, escuchar la Palabra de Dios, meditar, leer la Biblia y hacer cosas que te enriquezcan y distraigan tu mente para que no estés viviendo esta neurosis del coronavirus.

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