Educar a un hijo nunca fue fácil, pero en los últimos tiempos se ha convertido en una misión difícil y desafiante. Muchos padres sensatos se hacen la misma pregunta: ¿Cómo interactuar con los niños y los adolescentes con cariño y establecer, a la vez, límites seguros y necesarios?
Existen muchas situaciones que llevan a los padres a preguntarse si están haciendo las cosas bien. Los niños no vienen con un manual de instrucciones y no existen fórmulas mágicas que solucionen malos comportamientos o problemas emocionales de la noche a la mañana.
Aún sin manual, hay algo que ayuda mucho según la psicología actual: el autoconocimiento de los padres respecto a su modo de educar, lo cual se denomina “estilo parental”. Este es un conjunto de comportamientos y actitudes de los padres que generan un clima particular en la relación con sus hijos.
Existen cuatro estilos parentales bien definidos: el autoritario, en que los padres imponen muchos límites, pero ofrecen poco afecto; el permisivo, donde hay pocos límites y mucho afecto; el negligente, que carece de límites y afecto; y el democrático, en el cual los padres imponen límites y ofrecen mucho afecto. El estilo democrático es considerado como el mejor, pues permite que el niño desarrolle su autoestima y reconozca sus capacidades y deberes.
Sin embargo, por más que un estilo parental prevalezca, hay padres que mezclan dos tipos o más. Además, la madre puede tener uno, y el padre, otro. También puede suceder que el padre o la madre sea más exigente o cariñoso con un hijo que con otro. Es importante tener como referencia el estilo democrático, buscar ser muy riguroso con las reglas, pero también muy afectivo y participativo en cada fase del desarrollo de un hijo.
AYUDA A PADRES EN APUROS
El obispo del Centro de Ayuda Cristiano esclarece que “los niños de hoy en día están en un mundo totalmente diferente al de los padres” y que las “fórmulas” antiguas pueden no ser adecuadas para esta generación. “Ser hijo o padre en este siglo es uno de los mayores desafíos que tenemos, y muchos han fracasado en el intento”. Por eso, en una de las reuniones, recordó a los asistentes la importancia de equilibrar el exceso de críticas, lo cual puede generar hijos inseguros. “La voz de nuestros padres nos acompaña de por vida, por eso, los padres deben tener cuidado de cómo hablan con sus hijos”. También puntualizó que “aunque los hijos no vienen con un manual de instrucciones, es necesario buscar las instrucciones del propio Dios, quien también es Padre, y que nos da sabiduría cuando se la pedimos”.
