«Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a Él trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a Él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico.» Marcos 2:1-4

Godllywood Autoayuda: La debilidad de las mujeres
Doña Tania Rubim habló a todas las mujeres sobre el enemigo que vive dentro de todas: el corazón, que es el centro de las emociones