“Algunos temas de este libro fueron abordados en forma de preguntas y respuestas, con el objetivo de facilitar el entendimiento y también ayudar en la memorización.
- PRIMERO: ¿Qué es la Biblia Sagrada?
Es una colección de 66 libros, dividida en dos partes: Antiguo y Nuevo Testamento.
- SEGUNDO: ¿Qué es el Antiguo Testamento?
Una colección de 39 libros que fueron escritos durante un período de mil años. Ellos enfocan el inicio de la Creación y las alianzas antiguas de Dios con Noé, Abraham y su descendencia. Hablan de la historia del pueblo de Israel, de sus costumbres y tradiciones; anuncian la primera venida del Señor Jesús, el Mesías, hablan de Su muerte y resurrección; de Su regreso, de la Gran Tribulación y del Milenio.
- TERCERO: ¿Qué es el Nuevo Testamento?
Es una colección de 27 libros que hablan de la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo. El punto central de su mensaje es la Nueva Alianza de Dios con aquellos que aceptan a Jesucristo como Señor y Salvador. Esa aceptación no es algo teórico, ni un simple sentimiento, ¡no! Ella implica obligaciones, responsabilidades y privilegios de parte del seguidor del Hijo de Dios.
- CUARTO: ¿Cuánto tempo llevó para que toda la Biblia fuese escrita y cuántos fueron sus autores?
Mil quinientos años y tiene cerca de 40 autores. Ahí está una de las pruebas más vivas de que ella es la Palabra de Dios, pues siendo escrita durante un período tan largo, por tantos hombres santos y fieles a Dios, en diferentes épocas, aún así conserva una unidad de pensamiento.
Esto significa que aunque los 40 escritores no se hayan conocido, sus ideas se completan y se confirman entre sí. Ninguno de ellos escribió algo que pudiese contradecir lo escrito por otro. La Biblia es un libro que se caracteriza por la unidad y coherencia. Es la expresión exacta de la voluntad de Dios. Ella es perfecta.
- QUINTO: ¿Quiénes fueron los escritores de la Biblia?
Así como Dios escogió a la joven y virgen María para servir de instrumento del nacimiento de Su Hijo Jesús. Él escogió también hombres simples, sinceros y santos, cuyos corazones eran según Su corazón. Estos hombres surgieron del medio del pueblo de Israel, con excepción de Lucas, que no era judío, pero se convirtió al Señor Jesús. Dios los llenó de Su Santo Espíritu para escribir exactamente aquello que Él quería. Un ejemplo tenemos en la construcción del tabernáculo del Señor, en el desierto del Sinaí, cuando escribió Moisés:
“Habló el Señor a Moisés, diciendo: Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte, para inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en artificio de piedras para engastarlas, y en artificio de madera; para trabajar en toda clase de labor. Y he aquí que yo he puesto con él a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; y he puesto sabiduría en el ánimo de todo sabio de corazón, para que hagan todo lo que te he mandado”. Éxodo 31:1-6
Todo fue hecho de acuerdo con la voluntad de Dios. Si Él Se preocupó con los mínimos detalles de los utensilios del templo, imagínese con la revelación de Su Palabra.
Como podemos ver, Dios escogió hombres y los llenó de Su Espíritu, para que ellos tuviesen la habilidad en el trabajo del arte; la elaboración de los diseños y trabajasen en oro, plata, bronce, lapidación de piedras, tallado de madera y hasta la costura de las vestiduras sagradas de los sacerdotes, además de preparar el aceite de la unción e inciensos aromáticos.
Quiere decir que todos los talentos, sea para la música, para crear obras de arte; cocinar; coser; expresarse en público; vender; comprar; administrar; escribir; medicar, en fin, para todo trabajo en este mundo, vienen de parte de Dios. Pertenecen a Dios y Él los presta a cada uno, según Su voluntad, a fin de que sean usados para Su gloria.
Es sabido que la gran mayoría de los artistas de radio, cine o televisión, y de las personas talentosas en general, han usado esos dones para la gloria de sí mismos y del diablo, en lugar de la gloria de Dios y de promover Su Reino aquí en la Tierra. ¡Pero puede estar seguro que un día Dios pedirá cuentas a cada uno de lo que Él ha prestado!
De la misma forma que Él les dio talentos a aquellos hombres para realizar obras de arte con perfección para Su santuario, Dios también les dio Su Espíritu, para que otros cuarenta hombres escribieran Su Palabra.