España es el cuarto país de Europa con más casos de depresión. De hecho, en nuestro país casi dos millones y medio de personas sufren esta enfermedad. Los problemas económicos, familiares, sentimentales y laborales son las principales causas. No obstante, la manera de afrontarlos es fundamental para caer o no en este sufrimiento profundo.
“Hay personas que no comprenden la Palabra de Dios, su grandeza y lo que quiere hacer en su vida. A diario veo mucha gente desanimada, que se dejan llevar por lo que ven o sienten y no avanzan. Necesitan tener fe. Fe es creer en las promesas de Dios, en Su Palabra, creer que Dios hará maravillas como prometió”, aseguró el obispo Paulo Roberto en la reunión del pasado domingo.
Jesús vino para dar vida en abundancia, pero hay que entender que a todo el mundo le surgen problemas. Los solucionaremos y venceremos si confiamos en la fe y perseveramos. Egipto es un buen ejemplo. Allí unos perecieron porque desconfiaron, pero otros vencieron porque creyeron en la Palabra de Dios y no se dejaron influir por las circunstancias. Se volvieron idólatras, se prostituían y Dios tenía que dar al pueblo las leyes. Moisés subió a la cima del monte Sinaí para hablar con Dios y éste le dio las tablas de la ley. Moisés tardó 40 días en descender y en ese tiempo el pueblo se corrompió y cayó en el pecado porque desconfiaron. Empezaron a idolatrar a un becerro de oro. Ese pueblo era rebelde porque a la mínima posibilidad traicionó a Dios. Esto causó una profunda indignación en Dios que sintió ganas de destruir el pueblo y formar otro, pero no lo hizo.
Dios le dijo a Moisés desciende porque el pueblo se ha corrompido. Se entristeció tanto con la rebelión del pueblo que adoraba a aquel becerro de oro que le dijo a Moisés que Él no iría acompañándoles. Anteriormente Dios fue desde Egipto guiando el pueblo con una nube por el día y otra de fuego por la noche. Esta noticia causó desesperación en el pueblo. Moisés se entristeció, no aceptaba esa situación y pedía a Dios que les guiará y les mostrara el camino. Moisés era fiel a Dios y Dios escuchó a Moisés y le dijo “mi presencia irá contigo y te daré descanso”. Moisés no quería un ángel ni otra persona sino la presencia de Dios.
“Muchas personas tienen depresión y pensamientos de muerte porque no soportan lo que están viviendo. ¿Por qué les sucede esto si son religiosos y creyentes? Porque la religión no resuelve nada, lo que cambia es tener la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas”, reveló el obispo.
Sin el Espíritu Santo puedes tener un buen trabajo, un negocio, una vida próspera pero igualmente sentirte una persona frustrada, vacía e infeliz. Moisés comprendió que sin la presencia de Dios y del Espíritu Santo no podría vencer ninguna batalla. ¿Qué necesitamos para llenarnos del Espíritu Santo? Vivir en obediencia a la Palabra de Dios y tener una fe práctica. En realidad, todos necesitamos del Espíritu Santo.
“Hay personas excesivamente emocionales que al menor problema se derrumban. No podemos ser débiles. Cuando la persona tiene el Espíritu Santo es fuerte. Las águilas son las aves más fuertes porque soportan mucha presión, cuánto más alto vuelan más presión. Tú no puedes ser débil, tienes que ser fuerte para vencer. Solo teniendo el Espíritu Santo puedes tener este carácter”, afirmó el obispo Paulo Roberto.
Cuando Dios prometió a Moisés que Su presencia iría con él, Dios hizo un pacto con Moisés de que haría maravillas que no han sido hechas en todo el pueblo. En esta nueva década que comenzamos Dios va a hacer cosas tremendas también en tu vida. Solo tienes que llevar a cabo una fe práctica, creer y perseverar.