En la iglesia todos escuchan la Palabra de Dios, pero unos la practican y otros no. Es lógico deducir que el resultado de unos y otros va a ser muy diferente. “El hecho de usted estar dentro de una iglesia o denominación no significa nada”, sentenciaba el obispo. Y es que de nada sirve conocer la Palabra de Dios y no obedecerla. Es como querer construir una casa sobre la arena de la playa. ¿Cómo podrá permanecer firme cuando vengan las tempestades? Imposible.
El Señor Jesús ya nos advirtió de la importancia de esforzarnos, no solo en escuchar la Palabra de Dios, sino en ejecutarla, comparando a aquel que la practica con un hombre sabio que, al construir su casa, cavó hondo la roca antes de echar los cimientos. Las lluvias torrenciales y los fuertes vientos dieron contra aquella casa, pero no pudieron destruirla porque estaba bien construida.
Sin embargo, el Señor Jesús comparó al que oye la Palabra de Dios y no la pone en práctica con el hombre necio que construyó su casa sobre la arena. Cuando vinieron las tempestades de la vida se desplomó enseguida.
“Construir la casa sobre la roca es practicar, vivir de acuerdo con lo que está escrito. De nada sirve que fortalezca su cuerpo si no fortalece su alma. El alma es el centro de todo. Y solo está fuerte y feliz cuando obedece a la Palabra de Dios”, enseñaba el obispo Joaquim.
Obviamente es más fácil construir sobre la arena que sobre la roca. Perdonar, dejar de mentir o abandonar el pecado, no es fácil. “Es cavar la roca” Pero merece la pena, pues momentos difíciles vienen para todos, pero solo permanecen los que construyen bien.
“Aquí está el manual”, dijo el obispo alzando la Biblia. “Apoye su vida en ella y no caerá”.
***
“Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondoy echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrentedio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida. Pero el que ha oído y no ha hecho nada, es semejante a un hombre que edificó una casa sobre tierra, sin echar cimiento; y el torrente dio con fuerza contra ella y al instante se desplomó, y fue grande la ruina de aquella casa. Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida” Lucas 6:47-49