Con el pasado Santo Culto se concluyó el propósito de los cinco domingos para la Caída de Goliat. Una reunión especial enfocada en el famoso duelo de David que dejó un importante mensaje para todos: No debemos depender de nadie. Tenemos que enfrentar los problemas y hacer, siempre, más de lo habitual. También hubo oraciones por la salud y la unión familiar. Se consagró el pan y el agua, y conocimos la historia de superación de Edit.
Muchos, cuando se enfrentan a un problema, lo primero que hacen es pedirle al pastor u obispo que oren, pero ellos mismos no oran. Dependen de la oración de los demás. En cambio, vemos una actitud diferente en David: Cuando el gigante Goliat apareció en escena, David no esperó a que nadie resolviera su problema. Él dijo, “yo iré y lo venceré”.
David solo dependía de Dios, pero también se esforzaba al máximo. La misión de David era herir a Goliat, lo que consiguió con una de sus piedras. Sin embargo, él fue más allá: Tras tumbar al gigante, se asió de su espada y le cortó la cabeza. “Él sabía que, si no mataba al gigante, más tarde volverían a tener problemas con él”, explicaba el obispo.
De la misma manera, usted, si quiere vencer en la vida, tiene que hacer lo mismo que David: No depender de nadie, solo de Dios, y hacer más de lo que le piden, congregarse más, hacer más propósitos… Es decir, salir de la zona de confort y empezar a llamar la atención de Dios por medio de sus actitudes de fe.
Finalmente se oró para que los asistentes recibiesen la paz verdadera, que se manifiesta solo a través de la presencia del Espíritu Santo.