El pasado Santo Culto fue ministrado por el obispo Edir Macedo, que se encuentra en España realizando una visita misionera. Su mensaje trató de la fe que agrada a Dios: la fe inteligente, diametralmente opuesta a la fe sentimental o religiosa. “Usted no tiene que merecer nada de Dios para poder entrar en Su presencia. Usted tiene que creer con su mente, con su inteligencia, en Sus promesas. Si usted cree en esta Palabra (la Biblia) Él va a honrar su fe”, enseñó.
Muchas personas piensan que por tener una religión, hacer obras de caridad o haber participado algún tiempo en las reuniones en la iglesia, serán bendecidas automáticamente. “Están equivocados”, decía rotundamente el obispo. “La fe que agrada a Dios es la fe pura, que usa la inteligencia en Su palabra. Si hoy, entre nosotros, hay alguien que ha cometido muchos errores durante toda su vida pero que hoy usa la fe en su Palabra, será respondida por Dios.”
FE PURA = FE SIN DUDAS Y SIN RENCOR
Muchas personas quieren tener una vida nueva y esto es posible a través de la fe. Sin embargo, para que no haya barreras en la comunicación entre Dios y la persona, la fe tiene que ser pura. No puede haber dudas ni resentimientos hacia otras personas. “Si usted tiene rencor hacia otra persona, tiene que liberar el perdón para ella. Si usted no hace esto, no podrá ser perdonada. Use su cabeza para perdonar, no su corazón”, enseñaba, antes de orar por aquellos que decidieron liberarse del pasado.
Tras la oración de perdón y entrega, se procedió a la Santa Cena. Una ceremonia que el obispo comparó con el matrimonio, en el que las dos partes se unen a través de una promesa. “Para Dios, lo más importante es la palabra. A través de la Santa Cena usted se compromete con Dios. Si usted no quiere tener un compromiso con Dios, no participe, pues es algo serio.”
“Tengan una vida nueva en nombre de Jesús”, determinaba el obispo, antes de cantar y alabar a Dios por la nueva vida que dio a tantos como se entregaron en este día.
“Porque dentro de muy poco tiempo, el que ha de venir vendrá y no tardará. Mas mi justo vivirá por la fe; y si retrocede, mi alma no se complacerá en Él.”
Hebreos 10:37-38