Primero la pandemia, luego la crisis y ahora la guerra. Vivimos tiempos difíciles, confusos y convulsos. En lugar de asustarnos, debemos saber que todo estaba ya escrito en la Palabra de Dios. Pero, además de los problemas que el mundo enfrenta, todos los seres humanos trabamos una guerra espiritual en contra de las fuerzas del infierno. El diablo solo quiere robar, matar y destruir, y eso incluye a nuestra familia. Por eso, la única manera de vivir en paz y seguros en este mundo dominado por las fuerzas del mal, es estar en el abrigo de Dios y traer a nuestra familia a refugiarse en él también.
“Nosotros estamos viendo las señales del fin de los tiempos. Estamos viendo muchas cosas que están sucediendo que ya habían sido profetizadas en la Biblia. Estamos caminando hacia el fin. El diablo está trabajando con todas sus fuerzas para destruir a las familias y la economía, pero tenemos la oportunidad de tomar la decisión correcta de volvernos a Dios a tiempo, de buscar a Dios para que podamos salvar nuestra vida y la de nuestra familia”,
alertaba el obispo Paulo Roberto.
La Biblia relata la historia de Noé, un hombre que vivió en una época terrible, en la que había mucha maldad, violencia, prostitución y la humanidad en su totalidad estaba corrompida por el pecado, tal como sucede en los días de hoy. Él, no obstante, andaba con Dios. Es decir, creía en Dios y seguía Su palabra.
Dios iba a enviar un gran diluvio sobre la tierra y ordenó a Noé que construyera un arca para que él, su familia y todo aquel que creyese, fuese salvo. El problema es que Noé hablaba de Dios a las personas, pero las personas no le hacían caso. Solo su familia creyó.
“Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”
Génesis 6:22.
Noé se puso manos a la obra y construyó el arca con las especificaciones que Dios le había ordenado. Le llevó mucho tiempo terminar su encargo, y, durante el proceso, tuvo que escuchar las burlas de aquellos que no creían que el fin llegaría. Finalmente, Noé pudo salvar a su familia de la destrucción del diluvio.
“Usted también puede salvar su vida y a su familia si, como Noé, toma la decisión de andar conforme a la Palabra de Dios, y asume el compromiso de poner a Dios en primer lugar. Si usted se toma en serio su vida con Dios e invierte en su vida espiritual, Dios le librará de la destrucción que está por venir, de alguna forma, y Él guardará su familia”
enseñaba el obispo
No son solo palabras. Para quien vive la fe, la Palabra de Dios se cumple, como en el caso de David Villareal, que contó su historia para animar a las personas a luchar por sus familiares. Su adolescencia fue una gran encrucijada. Terminó sumergido en las drogas, viviendo en la calle y descubriendo la paternidad a los 15 años. Ahora David es un empresario exitoso, un padre ejemplar y un marido feliz. Su salvación fue su madre. Cuando ella conoció el Centro de Ayuda Cristiano, superó la depresión crónica que arrastraba y aprendió a luchar por él. “Hoy estoy aquí porque mi madre no tiró la toalla. Luchó y perseveró hasta que comprendí que Jesús era la única salida para mí”, relataba.
“Hoy gracias a Dios, toda esta familia está salva porque su madre creyó, se entregó a Dios y luchó por ellos. Para los hombres hay balas perdidas, pero no para Dios. El apóstol Pablo dijo: `Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu familia´, por eso, usted puede salvar a su familia por la fe”,
agregó el obispo