La pandemia ha supuesto un cambio brusco para todos. Nuestra vida normal y cotidiana de siempre ha sido sustituida por una vida restringida y antinatural. Cosas que antes nos unían a los demás como besar, abrazar o charlar en un bar, ahora se deben evitar.
El balance es negativo: Muchos han perdido familiares sin poder despedirse de ellos; otros han tenido que echar el cierre de sus negocios tras años de dedicación y muchos padres se han quedado sin un medio para sustentar a sus familias.
Ha pasado dos años y el cansancio es palpable. Han sido meses de adaptación a una situación desconocida y la sobreinformación de los medios dibuja un futuro incierto que desanima a muchos.
Todo esto ha pasado factura. Todavía no se habla mucho al respecto pero según profesionales de la salud mental, las secuelas emocionales y psicológicas de la pandemia serán devastadoras. Durante los últimos meses se ha notado un repunte de casos de ansiedad, depresión y deseos de suicidio, y parece que esto es solo el principio.
Hay una solución y está a tu alcance
Aunque no podemos cambiar lo que está pasando actualmente en el mundo, sí podemos hacer algo para encontrarnos bien interiormente. Si invertimos en una relación personal con Dios a través del Espíritu Santo, nada nos podrá derrumbar.
Presta atención: ¡La solución es una Relación, no una religión!
El Espíritu Santo nos da equilibrio emocional, fuerza y capacidad para ser verdaderamente resilientes. Nos da paz interior y felicidad verdadera.
Muchas personas han podido vencer la depresión, la ansiedad, los deseos de suicidio y otros problemas espirituales cuando conocieron personalmente al Señor Jesús.
Si tienes algunos de estos síntomas, no te dejes llevar por la corriente del desánimo. Busca ayuda espiritual cuanto antes. Llámanos ahora al 91 539 26 18 (también funciona como WhatsApp).