Para que Dios se manifieste en tu vida es necesario que creas. “Cuando Jesús fue a resucitar a Lázaro que llevaba muerto 4 días, Jesús mandó que quitaran la piedra que cerraba el sepulcro y Le dijo a su hermana Marta: si crees, verás la gloria de Dios”, relató el obispo Paulo Roberto al inicio del Santo Culto el pasado domingo.
Hay personas que atraviesan muchos problemas y están en una profunda depresión. “El señor dijo a Lázaro ven fuera y aquel que estaba muerto resucitó”, recordó el obispo. Dios es capaz de resucitar también tu vida y levantarte de tus problemas.
Quizá estés pasando por situaciones difíciles como una depresión, problemas familiares, económicos… Puede que hayas intentado resolverlo y no hayas podido. ¿Por qué? porque el mayor problema al que te enfrentas es la falta de la presencia de Dios en tu vida. Fuimos creados como Templo del Espíritu Santo para que el espíritu de Dios habite en nosotros, pero no puede hacerlo si la persona no se entrega a Jesús, no se rinde, no asume la fe, no practica Su Palabra y vive enfocada en los placeres de este mundo, en las riquezas o en las cosas materiales.
Mucha gente piensa que logrando dinero y posesiones va a encontrar la felicidad y no es cierto. Se convierten en personas vacías, frustradas e infelices. La Biblia nos cuenta la historia de un hombre que pensaba q si él se volvía rico sería un hombre feliz. Este hombre tenía un trabajo que le daba facilidades para conseguir mucho dinero: era jefe de los cobradores de impuestos en el imperio romano. Él recaudaba impuestos exagerados y defraudaba a la gente porque cada vez quería ganar más. Se enriqueció mucho, pero era un hombre triste e infeliz que no encontraba sentido a su vida.
La Biblia dice: “habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura” (Lucas 19:1-3). Zaqueo escuchó hablar de los milagros de Jesús, de la felicidad que obtenía la gente que le seguía y se dio cuenta de que necesitaba encontrarse con Él. Jesús siempre iba acompañado de una multitud por lo que no resultaba sencillo. Este hombre tenía la limitación de que era muy bajito. Zaqueo sintió una enorme fe porque se dio cuenta de que Jesús era la solución para su vida. Así que corrió por la calle y se subió a un árbol porque quería ver a Jesús.
¿Qué puede llevar a una persona a exponerse así? No le importó la opinión de nadie porque era lo que Zaqueo necesitaba. Mucha gente se preocupa por el qué dirán. El orgullo a veces no nos deja asumir la fe. Zaqueo fue humilde y esa humildad de espíritu es muy importante para poder encontrarse con Dios.
Todos necesitamos de Jesús más que de cualquier otra cosa. Solo Él puede darnos vida. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, vio a Zaqueo y le dijo “date prisa, desciende, porque es necesario que pose yo en tu casa”. Zaqueo buscaba a Jesús y fue hallado por Él porque todo aquel que busca halla. Zaqueo bajó de aquel árbol y cuando la gente vio que Jesús fue su casa Le criticó. Ellos hablaron durante un tiempo y de repente Zaqueo se puso en pie y le dijo que daría la mitad de sus bienes a los pobres y si en algo había defraudado a alguno se lo devolvería por cuadruplicado.
Este hombre, para el que el dinero lo era todo en la vida, cuando tuvo un encuentro con Jesús cambió sus prioridades. Se despojó de todo porque estaba encontrando la mayor riqueza que es Jesús. Demostró una fe pura, sincera y verdadera. Jesús se levantó y dijo: “hoy ha venido la salvación a esta casa”. En aquel momento Zaqueo recibió el perdón y la salvación.
Tu vida, como la de Zaqueo, también puede cambiar. Solo necesitas un verdadero encuentro con Dios.