La Biblia como un todo es igualmente inspirada. Todas las personas que Dios levantó para que escribieran sus textos fueron capacitados por el Espíritu Santo de manera directa y continua. Es verdad que todos ellos se valieron de sus conocimientos y de su hablar cotidiano para ejecutar tamaña obra, pero por la influencia del Espíritu Santo escribieron algo que no brotó de sus corazones, sino de la propia Palabra de Dios, aquella que viene directamente de Su interior hacia nosotros.
Esa misma inspiración que guió y posibilitó la elaboración de las Escrituras Sagradas dejó de ser manifestada por Dios luego que el último libro de la Biblia fue escrito. De ese modo, nadie más puede decir que está siendo inspirado para escribir algo que venga a completar aquello que la Biblia dice, como lo hicieron aquellos hombres, pues todo su texto ya fue encerrado. El Libro de los libros, la Sagrada Biblia, no puede ser modificada más ni puede añadírsele nada. Exactamente para que no haya dudas sobre el tema, vamos a dar algunas definiciones relevantes.
- 1) Revelación
En el caso específico de la Biblia, ese término nos remite al conocimiento que el escritor recibió directamente de Dios, siendo que sin esa acción sobrenatural de Dios él jamás conocería tales cosas.
Un buen ejemplo de revelación sería Moisés: si él recibió las informaciones para escribir sus libros a través de sueños, visiones o hasta por la voz directa de Dios, entonces él las recibió por revelación.
- 2) Inspiración
Es una acción específica del Espíritu Santo sobre la vida del escritor, entregándole un mensaje divino al mismo tiempo que lo hace capaz de transmitirlo a los demás seres humanos, pudiendo para eso utilizar inclusive sus propias experiencias u otros materiales disponibles. Un ejemplo de eso sería otra vez Moisés: si él escribió sus libros basado en escritos ya existentes o en la tradición del pueblo, y que haya sido también usado por el Espíritu Santo, entonces percibimos ahí una inspiración.
Ahora bien la acción del Espíritu Santo no es aprovechada en nada si la persona hace valer sus propias ideas en detrimento de las del propio Dios y no está realmente sintonizada con Él.