La importancia de los pequeños cambios…
En 2005, el canadiense Kyle MacDonald tuvo la idea de hacer un intercambio de objetos. Comenzó con un clip rojo y lo cambió por algo de valor un poco mayor. El primer intercambio fue por una pluma en forma de pez y, un año después, sorpresa: consiguió una casa de dos pisos en Canadá. Es decir, un pequeño clip rojo, en un año, se convirtió en una casa y su costo fue de solo una idea. Eso nos enseña el poder de «un poco».
La mayoría de las personas desisten de iniciar un cambio porque ven el tamaño del problema, el sacrificio, el precio de una conquista, comparado a lo que ellas tienen en donde están hoy. No dan el primer paso porque miran la distancia entre el inicio y el fin.
Si quieres cambiar de vida, comienza con «un poco». No te preocupes por hacer un cambio drástico ahora. Haz cambios pequeños en dirección hacia aquello que quieres y, con el tiempo, se acumularán en beneficios. Si quieres perder peso, por ejemplo, pero no puedes salir a correr todos los días, sube las escaleras o baja del camión antes del sitio en el que acostumbras bajarte para caminar un poco más, es decir, hacer pequeños ajustes que poco a poco tendrán un impacto.
Piensa también en los cambios valiosos: los espirituales. Por ejemplo, si no tienes el hábito de hablar con Dios, podrías comenzar cada mañana dándole los buenos días a Él. De aquí a poco, ese hábito se convertirá en una conversación, y luego estarás hablando con Él más tiempo, transformando tu espíritu y tu fe.
Así que no subestimes el poder de «un poco» y da el primer paso. ¿Cuál es el «poco» que puedes hacer hoy en dirección a lo mucho que quieres alcanzar?