“Todos hemos tenido frustraciones y fracasos. Dios nos da la oportunidad de alcanzar nuestros sueños. ¡Puedes levantarte y cambiar la situación! La Fe consiste en mirar hacia adelante y dejar atrás el pasado”, aseguró el obispo Paulo Roberto en la reunión del pasado domingo.
La decisión de creer o no es personal. Por eso, hay personas dentro de la iglesia que prosperan, pero en cambio, otras siguen perdidas en las adicciones, la prostitución y los problemas.
Ronald estuvo más de 15 años consumiendo drogas, dormía en un cajero entre cartones, tenía mucho odio hacia su familia y los pensamientos suicidas invadían su mente. Llegó al Centro de Ayuda Cristiano y aprendió a usar la fe. Hoy está felizmente casado, tiene una vida económica estable y ha recuperado la relación con su familia.
Yolanda es otro ejemplo de superación. Ella siempre había realizado muchos sacrificios y nunca fue feliz. Se casó, pero más tarde él la abandonó a ella y a sus dos hijos. Se centró en que no les faltara de nada y se olvidó de ella misma. Además, su madre enfermó con cáncer y todo el peso recaía sobre Yolanda. Cayó en una fuerte depresión. La invitaron al Centro de Ayuda Cristiano y empezó a participar en las reuniones. Comenzó a sentirse mejor y recibió el Espíritu Santo. Actualmente está casada, tiene alegría y ha prosperado mucho profesionalmente.
El caso de Ronald y el de Yolanda son solo dos ejemplos de la gran cantidad de testimonios que llegaron con sus vidas destruidas y consiguieron revertir la situación gracias a la fe.
“La Biblia dice que el sueño del pueblo de Israel era salir de la esclavitud y conquistar la tierra prometida: Canaán. Moisés tuvo que sacrificar, renunciar a la gloria de Egipto y salir. No vio a Dios. Eso es fe verdadera”, afirmó el obispo.
Moisés condujo al pueblo por el desierto rumbo a la tierra prometida. Cuando llegaron, el pueblo le pidió que les dejara entrar para reconocer la tierra. Moisés separó un príncipe de cada pueblo de Israel y durante 40 días permanecieron allí esos 12 espías. Comprobaron que la tierra era próspera, aunque se quejaron porque aquella tierra estaba cercada por los enemigos. Es decir, al quejarse dieron muestra de debilidad. No se enfocaron en lo positivo ni buscaron soluciones. De los doce espías solo Josué y Caleb discreparon porque ellos sí estaban en la fe. Ellos no escucharon esas afirmaciones negativas y creyeron en la Palabra de Dios.
“Todos tenemos sueños. No hay nada imposible. Solo lo será si no crees, si te das por vencido, te dejas abatir e influenciar por las dificultades. Las cosas que se ven son temporales pero las que no se ven, son eternas”, aseveró el obispo Paulo.
Toda la congregación de los hijos de Israel decidió seguir la palabra de duda de aquellos diez espías incrédulos y Dios se indignó. Ellos comenzaron a dar vueltas por el desierto y Dios no permitió que entraran en la tierra. Únicamente lo hicieron Josué y Caleb y la generación siguiente porque sus hijos no tuvieron culpa de la incredulidad. Únicamente Josué y Caleb tomaron posesión porque tuvieron un espíritu de fe y confianza en la Palabra de Dios.
Hay personas que salen de la esclavitud del pecado, pero no conquistan una vida de éxito porque no creen, ni se entregan, ni sacrifican sus vidas para Dios. Y tú, ¿vas a seguir dando vueltas por el desierto?